En este último CES las phablets han copado todos los focos, pero otros formatos aledaños a las tabletas también han tenido su oportunidad. Entre ellos nos gustaría destacar el convertible Lenovo IdeaPad Yoga 11S. Estamos ante un convertible Windows 8 que tiene toda la potencia de un ultrabook de alta gama, pero que gracias a su pantalla táctil y las distintas posiciones en las que la podemos usar, nos da la experiencia de una tablet. Además trae un nuevo detalle que nos ha encantado: control por movimiento.
La tableta es una versión reforzada de la IdeaPad Yoga 11 que se presentó en octubre. Entonces contaba con un procesador ARM, concretamente un Tegra 3, que hacía funcionar el sistema operativo Windows RT. Vino acompañada de IdeaPad Yoga 13 que con una pantalla más grande y un procesador Intel Core-i5 o i7 hacía correr la versión completa del sistema de Microsoft, Windows 8.
Este nuevo modelo presentado en Las Vegas, carga el sistema operativo que cuenta con todas las aplicaciones de los de Redmond, tanto las antiguas que todos hemos usado durante tantos años como las nuevas del entorno Metro. Para ello tiene que montar un procesador Intel de las mismas características que su hermana mayor, aunque mantiene la pantalla de 11 pulgadas de 1366 x 768 píxeles.
Las características de este convertible siempre han sido muy atractivas dado que nos permite, gracias a poder plegarse 360 grados, dos posiciones para disfrutar de la pantalla táctil que son muy útiles. Primero tenemos el modo tienda que sitúa en oblicuo las dos partes del portátil y luego el modo soporte que utiliza el teclado para apoyar la tableta de forma estable.
El nuevo detalle que más llama la atención de este modelo revisitado es el control por movimiento. Algunas aplicaciones responden a nuestros gestos en el espacio, es decir, podemos manejar la tableta sin tocarla. Esto es genial para cuando cocinamos y tenemos las manos sucias o para cuando hacemos algún trabajo manual con una guía en la pantalla. En el siguiente vídeo lo entenderéis mejor.