El iPad mini sigue teniendo una demanda muy superior a la del iPad de cuarta generación y aunque en Apple afirmen no estar preocupados por el tema de la canibalización entre sus propios productos, lo cierto es que el margen de beneficio de su tableta compacta es mucho menor. Quizá por ese motivo, la compañía de la manzana está empujando a sus distribuidores a que promuevan las ventas del tablet de 9,7 pulgadas antes de suministrarles el producto más deseado por los clientes.
Aunque no quieran reconocerlo, Apple puede tener un serio problema con el incontrolable éxito del iPad mini y es que, como ya comentamos la semana pasada, la venta de los productos más baratos y con menor margen de beneficio puede estar dejándose notar en los beneficios de la compañía de Cupertino. Actualmente la demanda del iPad mini supera en 3 a 1 al de cuarta generación, lo que supone que la tablet más rentable para Apple esté a la cola en ventas y es que incluso la segunda generación de esta tableta se vende a mayor ritmo.
Según informa iDownloadBlog, la manzana está intentando controlar este desequilibrio poniendo ciertas condiciones a las tiendas que ofrecen sus productos, tanto físicamente como online. Para obtener nuevos suministros el iPad mini, los vendedores deben también adquirir ejemplares del iPad 4. Suponemos que de esta forma Apple quiere obligarles a hacer un mayor esfuerzo para dar salida al stock de su tableta de 9,7 pulgadas.
Como comentábamos ayer, el último modelo anunciado del iPad esta misma semana (con 128 GB de almacenamiento), que llegará las tiendas a partir del 5 de febrero, supone un intento por remendar esta situación. La canibalizacización del iPad mini no sería un problema si la tableta de 9,7 pulgadas, a su vez, canibaliza al MacBook Pro. No obstante, en la quinta generación de su popular franquicia asistiremos a cambios radicales que tal vez consigan lo que el iPad 4, presentado por sorpresa y sin excesivas novedades, no ha conseguido.