Pocas dudas quedan ya de que la próxima generación de iPad mini resolverá la que hasta ahora se ha considerado su principal carencia, incorporando uno de los sellos de identidad de Apple: la pantalla Retina. No obstante, esta importante mejora podría venir de la mano de consecuencias menos deseables: los analistas estiman que el coste de fabricación de la tableta podría aumentar hasta un 30%, lo que podría poner su precio de venta en más de 400 euros.
Estamos acostumbrados a que las nuevas generaciones nos traigan mejoras sin que haya variaciones significativas en el precio pero parece que en el caso del iPad mini es bastante complicado que así sea. De hecho, desde mucho antes de que se hiciera oficial, los analistas ya comentaban que la principal razón por la que el iPad mini no traería pantalla Retina era precisamente para mantener su precio lo más bajo posible. Las primeras estimaciones que se hicieron al respecto, ponían en al menos 50 dólares más el coste de fabricación de la tableta si hubiera incorporado ese tipo de pantallas, y nuevas informaciones apuntan en esa misma dirección.
Según publica DigiTimes, el coste de incluir una pantalla Retina en el iPad mini sería en principio bastante bajo: 12 dólares más por unidad. El problema es, como ya se comentó en un primer momento, que el rendimiento del dispositivo podría quedar seriamente afectado si no se introducen mejoras también en otros de sus componentes, como batería y procesador. Estas mejoras supondrían un incremento del coste de fabricación muy por encima de los 12 dólares: según diversos analistas podría llegar a aumentar su precio en hasta un 30%, lo que podría a su vez significar un precio de venta por encima de los 400 euros.
Por supuesto, que el precio del dispositivo se vea finalmente afectado por el incremento en los costes de producción dependerá de si Apple admite o no ver rebajados sus beneficios, y hasta qué punto. ¿Pueden permitirse los de Cupertino subir tanto el precio del iPad mini sin que su demanda se resienta?