El de la batería es uno de los aspectos que más quebraderos de cabeza dan tanto a usuarios como a fabricantes de smartphones y tablets. Aunque muchas firmas se conforman con mantener estable su rendimiento de generación en generación, también estamos asistiendo al desarrollo de sistemas novedosos, a través de los cuales se pueden ampliar los tiempos entre carga y carga. Apple ha registrado una patente que da cuenta de sus avances en ese campo.
A lo largo de los últimos meses hemos visto diferentes innovaciones que afectan de forma determinante a la autonomía de los dispositivos móviles. Por ejemplo, la arquitectura ARM big.LITTE que Samsung utiliza en sus Exynos o el salto a los 64 bits del A7 son medidas que proporcionan indudablemente una mayor eficiencia energética, pero también hay ajustes de software útiles, orientados a tal propósito.
Un sistema basado en los hábitos de uso
Entre los mencionados ajustes de software encontramos mecanismos más o menos sofisticados: desde el más básico, que puede consistir en apagar el WiFi, GPS o nivelar el brillo para ahorrar energía, hasta el modo Stamina de Sony en la gama Xperia Z, se dibuja un amplio espectro de esfuerzos por optimizar el consumo de nuestros dispositivos.
Apple, sin embargo, trata de llevar este tipo de desarrollos un paso más allá a través de una solución que aprende de los hábitos del usuario, tales como los ciclos de carga y descarga, o como las ubicaciones y los momentos del día en los que normalmente hacemos un mayor uso de nuestro iPhone o iPad. De esta forma, iOS ajustaría automáticamente el brillo o fijaría la velocidad del procesador según detecte algún indicio que le diga qué tarea vamos a realizar o si pensamos olvidarnos del equipo por un rato largo.
De nuevo, el problema de la privacidad
Esta clase de de tecnologías son prometedoras, sin duda, pero el hecho de ofrecer tanta información a una empresa puede convertirse en algo problemático para los usuarios. La eficiencia del sistema se basa en conocer, por ejemplo, que a cierta hora del día tomamos café en un cierto sitio y hacemos uso de unos juegos o unas aplicaciones concretas. Que nuestros hábitos acaben almacenados en los servidores de Apple no siempre es deseable, aunque a cambio se prolongue la autonomía de nuestro terminal.
Nunca sabemos cómo cambiarán las circunstancias de aquí a unos años y en qué manos podría acabar toda esa información sobre nuestro estilo de vida, gustos o filiaciones.
Fuente: ubergizmo.com