Normalmente cuando hablamos de la absoluta hegemonía de Android en el mercado móvil, parece que Google emerge como el gran beneficiado de esta circunstancia (y en gran medida así es), sin embargo, existe un margen representativo de la abrumadora cuota de la plataforma que se le escapa a los de Mountain View. Éste tiene que ver principalmente con la versión de código abierto del sistema, lo que se conoce como AOSP.
En El Androide Libre planteaban anoche una interesante pregunta sobre la posible amenaza que representa el Android Open Source Project para las ambiciones de Google, dado que esta singular edición del sistema operativo reúne a una cuota del 20% en el mercado mundial de los dispositivos móviles. La compañía del buscador, sin embargo, ejerce una fuerte influencia sobre dicho proyecto, siendo la fuerza motora de su desarrollo pero ¿pueden llegar a derivarse ciertos efectos perversos?
El caso de Windows y Microsoft
Debemos tener en cuenta que este 20% de cuota debe su existencia a la proliferación de dispositivos de fabricantes en India o China, que no pagan licencia a Google ni incluyen de fábrica sus servicios. Lo cierto es que la empresa del buscador utiliza dichos servicios para generar ganancias, por lo que podría parecer preocupante perder el acceso a un segmento tan amplio.
Aún así, el caso de Microsoft en el sector del PC ha demostrado que lo importante es que los usuarios de países “emergentes” utilicen el sistema operativo propio, aunque sea de forma gratuita y a veces mediante copias no reguladas. El simple hecho de estar familiarizado con unos códigos invita a construir todo un “ecosistema” social y técnico en torno a ellos.
La importancia de los socios
En este sentido es fundamental no perder el apoyo de Samsung, HTC, LG, Sony, etc. pues son las firmas a través de las cuales Android (OHA) consigue una significación positiva. Esta marcas, mediante de su actividad comercial y su repercusión mediática, venden estilos de vida y la promesa de experiencias que atraen al consumidor, asumiendo un valor diferenciador con respecto a una versión Android de «marca blanca».
Android One, un mecanismo de refuerzo
De cualquier forma, toda esa cantidad de dispositivos que se escapan al control directo de Google es un recurso del que la compañía del buscador no dispone de facto y sobre el que no puede marcar una pauta empresarial. En este sentido Android One vendría representar una vía para abrirse camino entre el actual mercado de AOSP, dirigiendo al público hacia los servicios propios de la firma.
En definitiva, nuestra opinión es que Google lo tiene muy bien atado, y que ese 20% es un dato incluso positivo para ellos.