Una de las noticias más curiosas de cada terminal de gran repercusión comercial llega cuando los chicos de Teardown desmontan uno de sus ejemplares y evalúan el precio de sus componentes, pieza a pieza. El iPhone 6, como no, era uno de los objetivos más codiciados y poco han tardado en desentrañarse sus misterios: su modelo más barato tiene unos costes de fabricación de unos 180 euros.
Se hacían eco ayer de este curioso dato, afirmando a su vez que el producto presenta un precio inicial en el mercado de 699 euros, lo cual significa que su valor multiplica prácticamente por 4 el coste del terminal por piezas. Se trata de un dato de lo más jugoso, sabiendo que otras compañías (Amazon o Google) venden su hardware casi a precio de coste, o incluso por debajo y da una idea del tremendo tirón comercial de la manzana.
Cuando el conjunto no es igual a la suma de las partes
La parte más cara del iPhone 6 es la pantalla, con su capa de digitalización. Este componente cuesta algo más de 34 euros en el modelo de 4,7 pulgadas y cerca de 40 euros en el de 5,5 pulgadas. El procesador A8 le sigue en la lista con un precio de unos 29 euros, tanto en una como en otra variante.
El precio de montaje y testeo es otro de los factores que acarrean un mayor coste, mientras que llama la atención lo poco que cuesta una batería: 2,7 euros (lo que viene siendo un kebab) en la unidad de menor tamaño.
Ojo, las cifras pueden ser engañosas
El beneficio neto de Apple, aunque amplio, no se puede reducir a la simple resta de su precio final menos el precio de fabricación. Debemos tener en cuenta que, hoy en día, muchas de las grandes compañías no gasta, ni mucho menos, la mayor partida del presupuesto en producción sino en marketing.
La firma de la manzana mordida tal vez no necesite una inversión tan elevada en ese apartado, puesto que su fama va muy por delante de la competencia, pero también hay otros apartados, como los de desarrollo, distribución o almacenaje, que el gráfico no contempla.