Aunque a veces puede resultar algo doloroso ver un smartphone de gama alta perfectamente nuevo ser sometido a tales maltratos, lo cierto es que, al mismo tiempo, los tests de resistencia son de los más divertidos a los que se somete a cada nuevo dispositivo que se pone a la venta. En el caso del Galaxy S6 Edge ya le vimos pasar ayer por una peculiar prueba de “flexibilidad”, que comparaba la presión necesaria para doblarlo con la del iPhone 6 Plus (el protagonista del bendgate) y ahora os traemos los resultados de un más convencional test de caídas.
El cristal se resquebraja, pero el Galaxy S6 Edge sigue funcionando
Como ya sabréis si sois espectadores habituales de este tipo de tests, se trata de una prueba bastante sencilla en realidad, que simplemente trata de emular una caída accidental para comprobar los daños que sufren los dispositivos. Lo normal es que se busquen impactos en diversas zonas, para investigar la posibilidad de que algunas sea más frágiles que otras, y esta no es ninguna excepción: el Galaxy S6 Edge se enfrenta a una caída de lado, a otra “de espaldas” y a una última frontal.
Como podéis comprobar, en la lateral no sufre demasiados daños, aunque si se puede apreciar una marca en una de las esquinas del perfil metálico. Cuando se trata del cristal que recubre la parte delantera y trasera, no obstante, la cosa cambia y se pueden observar grietas importantes por los dos lados. La parte positiva de la noticia, es que tras tres duros golpes, el Galaxy S6 Edge sigue funcionando como al principio.
¿Qué os parecen estos resultados? ¿Esperabáis más del Galaxy S6 Edge o los encontráis satisfactorios? Os recordamos, si queréis comparar, que el pasado jueves os pudimos mostrar a HTC One M9 pasando también por esta misma prueba.