Como hemos comentado en otras ocasiones, el sistema operativo es uno de los elementos fundamentales que pueden determinar si un dispositivo tiene éxito o es un fracaso. El hecho de tener una interfaz sencilla, intuitiva y más recientemente, con una mayor capacidad de personalización por parte de los usuarios, se ha convertido en otro de los pilares en torno a los que gira una buena o mala acogida del software. Al mismo tiempo, este elemento debe garantizar un funcionamiento óptimo de los dispositivos junto a la tarea de los procesadores y la batería entre otros y contribuir a crear un terminal equilibrado en todos los sentidos.
A lo largo de las últimas semanas, y coincidiendo con la aparición de nuevas previews y funciones de los miembros de la familia Android que llegarán en los próximos meses, o que ya llevan un tiempo entre nosotros, os hemos dado una serie de pautas para conocer más sobre ellas, al mismo tiempo que os hemos intentado ayudar a conocer más sobre el funcionamiento del software del robot verde. Por otro lado, os hemos contado algunos trucos en aspectos como el rendimiento o la batería, para sacar el máximo partido a vuestras tablets y smartphones. Ahora llega el turno de contaros las soluciones de mayor calado que podéis aplicar a vuestros terminales en 4 supuestos muy comunes que en casi todos los casos no requieren de acciones muy complejas, pero que en otros, necesitan acciones más importantes.
1. El terminal no enciende
Comenzamos con un problema muy común que puede tener diversas causas entre las que destacan, o bien, que la pantalla no muestre ninguna señal de vida, o bien, que esta se encienda pero que no podamos acceder a la interfaz, lo que provoca una parálisis de los dispositivos. En el primer caso, la batería puede estar mal colocada o agotada totalmente, lo que se soluciona conectando el terminal a la corriente. En el segundo supuesto, la mejor solución es el formateo a través del ordenador. Si ninguna de las dos soluciones que hemos comentado no funcionan, las medidas más complejas que deberíamos tomar serían el cambio del panel o la restauración completa.
2. Consumo rápido de batería
Anteriormente, hemos hablado de varias situaciones en las que este componente se queda vacío con mayor rapidez de la que debería. Las causas de ello las hemos encontrado en aplicaciones en segundo plano que se continúan ejecutando sin que lo sepamos o también, a un uso intensivo de redes Wifi, algunas herramientas de mensajería o redes sociales. Sin embargo, a medio plazo puede ser que nos encontremos con una pérdida de capacidad importante que, por mucho que intentemos solventar por otro lado con el cierre de aquello que no utilicemos, sigue estando presente. La mejor solución en estos casos es la sustitución de la batería.
3. Poca memoria
Otra de las características de las que ya os hemos ofrecido trucos. La memoria es clave y en muchos casos, el traslado de contenidos a las tarjetas SD, el borrado de la caché y la desinstalación de todo lo que ya nos resulta inútil siguen sin dar resultado. El remedio más potente contra todo esto, es la restauración de los ajustes de fábrica y la devolución del sistema operativo a su estado original. Sin embargo, esto debe ser realizado con mucha cautela ya que los riesgos que reviste son importantes y pueden condicionar el futuro funcionamiento de nuestras tablets o smartphones.
4. Lentitud
Un procesador rápido capaz de ejecutar varias tareas de manera simultánea no es suficiente ya que es necesaria la colaboración de otros elementos. El cierre de apps que se ejecutan en segundo plano o la actualización del sistema operativo en caso de ser posible, puede que no devuelvan toda la fluidez que esperamos en nuestros dispositivos. En estos casos, una solución extrema pero también eficaz, es, al igual que sucede con la memoria, la restauración del software.
Como habéis visto, cuando sufrimos cualquier contratiempo de este tipo a la hora de utilizar nuestras tablets o smartphones con normalidad, podemos escoger entre un amplio abanico de soluciones que van desde aquellas más simples y que, al cabo de unos minutos, devuelven a los dispositivos un funcionamiento correcto y sin limitaciones, hasta otras que necesitan de un nivel de conocimiento más amplios o, en el caso del apagado de la pantalla, de una sustitución de la misma que no solo tiene un coste en tiempo, sino también en dinero y que puede ser elevado. Tras conocer más sobre qué acciones podemos utilizar como último recurso, ¿Pensáis que pueden ser útiles y que si se hacen solo cuando sea estrictamente necesario, pueden acabar teniendo repercusiones positivas? ¿Habéis tenido alguna vez uno de estos problemas? En caso afirmativo, ¿Qué remedio utilizastéis para que vuestros modelos volvieran a su estado normal? Tenéis disponible más información relacionada como por ejemplo, las ventajas y desventajas que podemos obtener al realizar tareas como el undercloking para que conozcáis todo lo que podemos hacer a través de Android y cómo hacer frente a los contratiempos más comunes del sistema operativo del robot verde y que ya encontramos en más de 1.000 millones de aparatos en todo el mundo.