iPad Air 2 y iPad mini 3

Tras una semana con el iPad Air 2, podemos afirmar que el nuevo modelo ha pasado por el taller para algo más que un mero “cambio de aceite”. Con la compañía californiana casi siempre ha habido una tendencia de diferenciar actualizaciones entre generaciones, alternando una actualización técnica con una actualización más estructural y de diseño. Ésta vez no. Quizá podría decirse que el iPad Air 2 pierde con respeto la Air, en una operación bikini extraordinaria, esos milímetros de más que ganó el iPad 3 con respecto al 2. Pero ese no es el único cambio que vive, también cambia a mejor en otros aspectos por lo que no debe pasar desapercibido si te ves buscando renovar tu tablet.

Seguridad – Touch ID

Era el paso lógico y esperado, una apuesta segura. La introducción de Touch ID en el iPhone 5s fue algo que ya comentamos en su día como un paso más en materia de seguridad, no solo del teléfono sino de servicios que se pudieran asociar a él. La sorpresa fue ver como el iPad Air y iPad mini 2 no fueron cómplices del 5s con este sensor, quizá debido a una producción ya sobrecargada con la demanda del iPhone.

En este tiempo, la compañía ha mejorado el sensor y lo introdujo además en el iPhone 6 y 6 Plus. La única diferencia con el iPad es que no se podrá hacer pagos con Apple Pay en terminales NFC (sí en apps), pero realmente no nos imaginamos utilizar un tablet como dispositivo de pago por contacto (la funcionalidad en este formato perdería todas las ventajas de comodidad por los que realmente haría frente a otros sistemas de pago). Sin embargo, tenemos la ventaja de seguridad cómoda nada más sacarlo de la caja (recordamos que las huellas no se sincronizan en las copias de seguridad del dispositivo, siendo necesario programar las huellas aunque se restaure).

Diseño y hardware del iPad Air 2

El iPad Air 2 parece que viene preparado para los excesos de las navidades, porque con respecto al Air pierde unos milímetros de grosor. Este modelo tiene los mismos detalles expresivos de diseño: aluminio biselado, panel trasero curavdo, y la misma distancia entre marcos. No obstante, adelgazar el iPad ha obligado a “pasar por caja”. La pantalla, sin ir más lejos, ha experimentado un proceso parecido al del iPhone 6 y 6 Plus con respecto al 5s, ya que se ha reducido el espacio que separa el panel y el digitalizador táctil. Con esto se consigue una mayor percepción de tiempo de respuesta en pantalla, además de lograr que la luz no se refracte entre distintas capas y, en consecuencia, disminuir la reflectividad de la pantalla ante condiciones de mucha luz. Lejos de ser un e-reader de tinta electrónica, el Air 2 aventaja al Air en este aspecto. Los cambios en pantalla son estructurales, sin cambios de resolución. Como anécdota, las Smart Case del Air y Air 2 son iguales, así que el iPad Air 2 alojado en una Smart Case al final resulta tener el mismo grosor que su antecesor.

Este rediseño se ha llevado por delante un elemento icónico: el interruptor lateral. Ya es sabida la firme campaña de la compañía por reducir a la mínima expresión los botones e interruptores en sus dispositivos, y quizá con el Air 2 haya sido el golpe definitivo después de aquel lanzamiento de iOS que anulaba parcialmente su efecto (a efectos prácticos, silenciar ya se puede de golpe pulsando de manera prolongada el botón de disminuir volumen, y el bloqueo de rotación está a mano en el Control Center desde iOS 7). En nuestro uso, lo hemos echado en falta ya que, por costumbre, lo usamos como bloqueo de rotación lateral. Acostumbrarse al cambio lo comparamos al mismo proceso de adaptación que vivimos con el iPhone 6 y su botón de encendido/apagado lateral.

Además de estos dos cambios, el radio de curvatura de la carcasa trasera se nota más pronunciada al tener que apurar más los márgenes para los conectores de audio y Lightning, y se aprecia además la reubicación de los micrófonos hacia las proximidades del sensor de cámara y donde antes estaba el interruptor de rotación). Percibiendo una mayor delgadez, hasta mejora la comodidad a la hora de agarrar el dispositivo en cualquiera de sus dos orientaciones.

A la hora de renovar el dispositivo, han tomado nota de aquellos que usan el iPad para fotografías. Lejos de ser el sensor del iPhone 6/6Plus, es el primer iPad que se toma la fotografía “en serio”. No solo tenemos mejor visibilidad y mejor luz, sino mayor resolución y soporte para vídeos a cámara lenta. Pero, a nosotros nos sigue pareciendo más útil y práctico emplear el smartphone como cámara, aunque se agradece cualquier mejora en este aspecto (editar fotos o vídeos directamente en el dispositivo es más cómodo en una pantalla grande, desde luego).

Y todo esto, acompañado de un renovado procesador A8X que añade un núcleo adicional con respecto al anterior modelo, y el doble de memoria RAM. Quizá este es uno de los puntos que más haya dado de sí a la hora de comentar los iPad en el pasado, ya que en las tablas de características siempre disponían de menos memoria que otros modelos. No obstante, iOS y las apps pueden colgarse la medalla de una gestión de memoria exquisita; si ahora lo han ampliado no se notará apenas (quizá coja mayor relevancia de cara a futuras actualizaciones de sistema). Eso sí, en Safari se pueden manejar más pestañas sin que éstas se vean obligadas a recargarse.

Las contrapartidas que encontramos a la situación de menor delgadez es una vibración excesiva a la hora de reproducir audio. El mismo nivel de volumen (medio) entre un iPad Air y iPad Air 2 hace que en uno sea imperceptible y en otro sea algo que llama la atención. El menor espacio de resonancia, o quizá mayor proximidad de los altavoces a la cubierta trasera, habrá propiciado este incómodo detalle. Y, por otra parte, según los análisis de especialistas que han desmontado el dispositivo han revelado que la batería cuenta con menor capacidad. Sí que es cierto que, en el día a día, no hemos apreciado una bajada notable de autonomía. En cualquier caso, la mayor delgadez, las mejoras técnicas y la inclusión de Touch ID son motivos más que suficientes para actualizar desde alguna generación anterior al Air. Y si tienes el Air, aguántalo porque aún tiene mucha vida.

Diseño y hardware del iPad mini Retina (2014)

Donde nos hemos llevado la mayor sorpresa ha sido con el iPad mini. Sorpresa porque nos encontramos ante el mismo dispositivo que el año pasado, con la salvedad de que introduce el sensor de Touch ID al que hacíamos mención previamente. Aunque el Air 2 se asemeje al Air, los responsables de la compañía afirmaron que lo habían rediseñado prácticamente de cero. Seguramente sea cierto a la vista de que el mini Retina de este año no ha heredado ninguno de esos cambios: mantiene el interruptor de bloqueo/silencio lateral, la disposición de micrófonos es la misma, por no hablar de las dimensiones y el peso. No mejora a nivel técnico en absoluto: mismo procesador, memoria y resto de características. Sorpresa, insistimos, porque los cambios son nulos y estamos ante el mismo dispositivo que el año pasado, con la salvedad de que tanto este como su hermano mayor ahora se pueden adquirir en color dorado.

Seguramente este hecho evidencia una realidad: las cifras de ventas de tablet se reduce ejercicio tras ejercicio (nada que ver con el segmento iPhone). Ante esta situación, Apple parece haber optado por centrar sus esfuerzos en el Air 2, relegando el iPad mini 3 a una sencilla actualización con Touch ID y una renovada estructura de precios. Ya sea porque el mini se mantiene estable y necesitan reforzar el Air, o porque el Air es el producto con más éxito y buscan mimarlo, pero la estrategia dista mucho de la que marcaron el año pasado con dos dispositivos a la par técnicamente, cuya única diferencia radicaba en el tamaño.