Desde que mi pareja se compró su ultrabook Lenovo ThinkPad Yoga quedé impresionado. Su versatilidad es increíble y su modo tablet fue poco a poco convenciéndome tras muchas horas de uso. Es por eso, que he decidido hacer un análisis en profundidad de este dispositivo convertible que puede ser una gran solución para aquellos que quieren un equipo para todo pero que se sienten atraídos por la experiencia de la tablet.
En este artículo te damos las claves que hemos extraído de su uso intensivo, pero al final tendrás un enlace a un análisis extensivo al detalle.
El ThinkPad Yoga trae una pantalla de 12,5 pulgadas que es más pequeña que la de muchos ultrabooks del mercado. Este reducido tamaño se combina con un diseño que nos permite cuatro modos de uso distintos. La clave está en una bisagra que nos permite abatir la pantalla 360 grados. Así, podemos usarla como un portátil, como una tablet con soporte en dos posiciones distintas o como una tablet al uso.
El teclado tiene la delicadeza de retrotraerse y quedar inoperativo en cuanto superamos los 180 grados de abatido de pantalla.
Como muchos ultrabooks, podemos elegir distintas combinaciones de componentes, eso sí siempre partiendo de la gama alta con procesadores Intel Core de la familia Haswell. Estos nos ofrecen gran rendimiento a la vez que nos dan una autonomía de batería larga, por encima de las 7 horas. Además, como mínimo tendremos 4 GB de RAM y tendremos memoria de acceso rápida SSD, como ayuda de 16 GB a discos duros grandes tipo HDD, o en configuraciones de 128 GB y 256 GB totales.
La calidad de su teclado hace que estemos más dispuestos a sacrificar un poco de portabilidad. Hay aspectos que se podrían mejorar como el sonido, pero en definitiva es un gran equipo que es sinónimo de versatilidad.
Si quieres repasar con nosotros cada una de sus características, avanza al análisis a fondo de ThinkPad Yoga.
Si éste no es el modelo de tablet que te interesa, te recomendamos que visites nuestra nutrida sección de análisis.