Ayer escribimos una primera entrega para abordar la configuración básica de un dispositivo Android desde que lo sacamos de la caja. Hoy vamos a profundizar un poco más en cómo podemos dejar el escritorio y algunas de las funciones de uso común trabajando a nuestro gusto. Lo mejor de Android, en este sentido, es que nos va a ofrecer una vastísima cantidad de opciones de personalización.
Debemos recordar que ésta es una guía para usuarios primerizos, por tanto, si eres un curtido especialista en Android, probablemente las siguientes líneas no dirán nada que no sepas. Si, por el contrario, es tu primera vez con el sistema operativo de Google, pronto comprenderás que una de las partes más emocionantes de la convivencia con el dispositivo reside en prepararlo e ir modificándolo para hacer de él un compañero a la medida.
En cuanto a las aplicaciones, igualmente, lo recomendable es estar al tanto de tus webs favoritas e ir haciendo acopio de información sobre las herramientas que pueden resultarte necesarias. No obstante, para empezar, os dejamos por aquí un par de enlaces: el primero, con una selección de apps imprescindibles que acabamos de publicar y, el segundo, con las mejores del año elegidas por Google.
Paso 5: Escritorio
Es, junto a la pantalla de desbloqueo, uno de los puntos obligados de paso de todo Android. Fundamentalmente hay dos elementos de los cuales podremos echar mano para convertirlo en un espacio lo más funcional posible: iconos de acceso a aplicaciones y widgets.
Para eliminarlos o moverlos, pulsación larga y arrastramos, igual para añadir alguna aplicación pero previamente debemos entrar en el cajón (habitualmente, un icono con varios puntos ocupando un lugar central en línea inferior de la pantalla). Para añadir un widget, sin embargo debemos realizar otra pulsación larga en un lugar vacío del escritorio. Esta misma operación sirve también para cambiar el fondo de pantalla, eligiendo una imagen entre las predefinidas del terminal o las de nuestra propia galería.
A un nivel más avanzado, podemos recomendar personalizaciones como Nova o incluso un concepto revista como el de Flipboard.
Paso 6: Actualización de aplicaciones
Toda aplicación que se precie suele incluir actualizaciones de cuando en cuando para solucionar bugs, incluir nuevas opciones, consumir menos batería, renovar algún aspecto de su interfaz gráfica, etc. Nosotros podremos elegir si esas apps se van a actualizar de manera automática cuando estemos conectados a internet, o si queremos seguir un criterio propio para decidir qué queremos actualizar y cuándo.
Para ello, debemos ir a la Google Play Store, desplegar el menú de la derecha, entrar en Ajustes y marcar o desmarcar Actualizar automáticamente.
Paso 7: Sincronización
Bajo nuestro punto de vista, es uno de los elementos a los que debemos prestar una mayor atención, puesto que de él dependerá en muy buena medida el consumo de batería del smartphone o tableta (y os avisamos desde que ya que Android consume bastante más que Windows y que iOS). Tener siempre la sincronización activada implica que los diferentes servicios están constantemente trabajando para ofrecernos cualquier novedad que se produzca en su perfil.
Podemos, sin embargo, seleccionar aquellos que cuyo funcionamiento veamos imprescindible y apagar los demás, para tener sólo información cuando nosotros mismos la reclamemos. Esto se hace en Ajustes > Cuentas y prestando especial atención a la de Google pues es aquel que puede tener más servicios en trabajo permanente.
Paso 8: Notificaciones
Otro elemento fundamental, y no sólo en Android. Normalmente, las notificaciones pueden ser gestionadas desde cada aplicación, sin embargo, el propio sistema nos va a dar algunas opciones que determinados desarrolladores (por el mero hecho de ansiar presencia y visibilidad constante en nuestras vidas) no van a darnos.
Desde la pantalla Ajustes > Sonido y notificaciones > Notificaciones de aplicaciones tendremos la posibilidad de elegir cómo queremos tratar los avisos de cada aplicación en nuestro terminal. Podemos hacerlos desaparecer para que no vuelvan a molestarnos hasta que nosotros lo decidamos, darles el estatus de prioritario o aumentar un grado la privacidad haciendo que la alerta se produzca pero sin una vista previa del contenido.