La carrera por procesadores para dispositivos móviles cada vez más potentes en rendimiento y conexión a redes inalámbricas está siendo feroz. Qualcomm parece llevar la delantera, pero NVIDIA, Samsung e Intel también están en ello y sus investigaciones y desarrollo van por esa vía. Tres de los anteriormente citados utilizan licencias de arquitectura ARM, por lo que se podría decir que la empresa británica debería estar tranquila. Si bien, no se queda quieta y quieren también dominar en el futuro negocio de los chips del Internet de las Cosas.
Nos referimos a chips de baja potencia pero con un consumo mínimo, al igual que un tamaño muy reducido. ARM trabaja para conseguir chips que utilicen un voltaje mínimo, hablamos de entre 0,3 y 0,6 voltios y que tengan una frecuencia que se mida en Kiloherzios y no en Gigaherzios.
Lo que se busca no es alargar la autonomía de los smartphones y tablets. Esa es otra línea de investigación. Aquí el objetivo es dotar a objetos con chips que les permitan transmitir pequeños volúmenes de información sin apenas gastar batería. Esto sería un paso hacia adelante importante para el Internet de las cosas.
El futuro próximo estará plagado de objetos y aparatos que se comunicarán con nuestros dispositivos principales para muchos fines. Los más conocidos son el deporte y la salud, con control de temperatura, pulso o humedad de la piel, etc… Sin embargo, el rango de posibles aplicaciones es mucho más amplio: la electrónica de vestir, la domótica, transportes, fabricación industrial o vigilancia.
El interés es tal que han decidido adquirir más conocimiento utilizando el talonario. ARM ha comprado la start up finlandesa Sensinode Oy, que desarrolla software específico para el Internet de las Cosas o IoT. Ellos son responsables de muchos de los estándares de conexión por internet de bajo consumo entre dispositivos. Ahora con el respaldo de la gran plataforma británica podrán universalizarse y atraer a más desarrolladores.
ARM ha hecho sólo dos adquisiciones en su historia y ambas apuntan al futuro y a la tecnología de objetos interconectados. La primera fue en 2011 cuando compraron Prolific, una compañía experta en herramientas de software para nanotecnología.
Intel también está en esta carrera, pero no parece tan bien situada. Apple también quiere tener su propia vía en el Internet of Things y es por eso que también compró una empresa experta en este campo, Passif Semiconductor.
Fuente: Tech Crunch