Dell ha sido una de las marcas más activas durante el CES de las Vegas, repartiendo el anuncio de sus diferentes productos a lo largo de toda la feria. El último de ellos es una tablet 2 en 1 que no busca comparaciones directas con Surface, aunque probablemente tampoco las podrá evitar, y trabajar su diseño a partir de la portabilidad y la potencia. Esta Dell Latitude 7285 además cuenta con un detalle muy curioso: la posibilidad de cargarse de forma inalámbrica.
Haciendo el debido repaso, esta semana hemos tenido muchas novedades de la compañía tejana. El lunes empezamos con el Dell XPS 13, una variante del excepcional portátil de la compañía en formato convertible. El miércoles llegó la Latitude 5285, un 2 en 1 inspirado en la línea Surface de Microsoft. Hoy recibimos esta Latitude 7285, con una leve contrariedad por lo mucho que le cuesta a algunas firmas encontrar nombres potentes para sus dispositivos, pero con mayor interés por tratarse de un producto algo más original que el anterior.
Dell Latitude 7285: características técnicas
La Dell Latitude 7285 es un dispositivo igual de potente, pero quizá algo más limitado en términos de memoria, que los anteriores. Cuenta con una pantalla Igzo de 12 pulgadas 2880×1920 y se mueve con la última generación de procesadores Intel Kaby Lake, hasta el i7. Como configuraciones de RAM, podremos elegir entre 8 y 16 GB y en la memoria interna encontramos 512GB y ranura para microSD, de acuerdo con las informaciones que nos ofrece Windows Central.
La batería es tal vez su opción más destacada al poderse recargar de forma inalámbrica utilizando su teclado como receptor de la carga. Dell afirma que su Latitude 7285 llega hasta las 6 horas en modo tablet, mientras que cuando está conectada a teclado alcanza las 9 horas de autonomía. Este se ofrece en dos variantes, una más robusta para favorecer la consistencia en la escritura, y otra ligera para viajes.
Un brillante evento para los fabricantes Windows 10
Siguiendo en la estela de lo que fue el cómputo de 2016, este CES está marcando una tendencia muy clara: los dispositivos con Windows 10 proliferan, mientras que no hemos hablado ni de una sola tableta Android a lo largo de toda la semana. Desde nuestro punto de vista se trata de un fallo gordo por parte de los fabricantes. Si uno se hubiera animado a llevar un producto así, habría sido el centro de atención, como le ocurrió a Huawei en el pasado IFA.
La mayor parte de los equipos que hemos visto a lo largo de estas jornadas van a costar 900 euros o más y sinceramente, poco público hay para tal despliegue económico, al menos en España, por mucho que el margen de beneficio sea mayor. Hacen falta tablets más baratas y dudamos de que los grandes fabricantes se hayan dado cuenta.