Recientemente se han conocido los resultados de un estudio de consumo sobre el iPad mini que va en dirección contraria a todos los pronósticos de los especialistas y que, sin embargo, son plenamente coherentes con la evolución del mercado de las tabletas: sólo un pequeño porcentaje de compradores del iPad mini buscan sustituir su anterior iPad. De hecho, según los datos presentados por AllThingsD, los compradores en su gran mayoría (un 83%) no buscan sustituir ningún dispositivo, sino que encuentran en la versión compacta de la popular tableta de Apple un uso específico que puede complementar a otros aparatos pero no reemplazarlos. Incluso, entre la minoría de los que sí que piensan en él como el sucesor de otro dispositivo, ni siquiera es el iPad la principal referencia (29%), sino los PCs con Windows (42%). Parece, por lo tanto, que frente a los analistas que predecían que la tableta de 7 pulgadas de Apple devoraría entre un 10 y un 20% de las ventas de su hermano mayor, el principal perjudicado, de haber alguno, sería Microsoft.
Sin embargo, como decimos, estos datos son totalmente coherentes con los más generales que ya hemos visto de la evolución del mercado de las tabletas, que de hecho no deja de crecer y en la que el papel de las tabletas menor tamaño (y precio) juegan un papel fundamental, haciendo accesibles este tipo de dispositivos a un público más amplio. A la vista de que el iPad mini podría tener el mismo efecto para los tablets de Apple que el Nexus 7, Kindle Fire HD y otras tabletas low-cost han tenido para Android, quizá incluso habría que reconsiderar las previsiones según las cuales el sistema operativo de Google dominaría el sector a mediados del año próximo. Como siempre, el tiempo dictará sentencia.
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