El planteamiento de la firma japonesa busca el transmitir información de texturas en la superficie de una pantalla táctil. Esta incluye unos sensores bajo la parte más superficial que notan cuando hay un contacto de nuestros dedos y le transmiten unas vibraciones ultrasónicas controladas y de baja intensidad. Estas vibraciones buscan estimular unos receptores mecánicos que tenemos en las yemas de los dedos que son sensibles a la presión mecánica o distorsión.
En la demo que tenían en su stand se podía probar “tocar” un candado de código numérico, la piel de un cocodrilo o las cuerdas de una guitarra.
En el caso del candado se emulaba la mecánica natural pudiendo solo operarlo utilizando una posición correcta de los dedos en forma de pinza.
En el caso del instrumento de cuerda, se tenía también en cuenta variables como la tensión o flexibilidad del material. El impulso era más fuerte si pasabas con brío el dedo por las cuerdas que si lo hacías con suavidad, es decir, había un parámetro de rigidez.
En la piel del cocodrilo se podían sentir partes más pulidas y partes más rugosas, yendo un paso más allá de la forma y siendo capaz de tener más de una capa de información.
Fujitsu decía tener bajo control una de las variables que más nos preocupaba, la del consumo de energía que podría tener esta tecnología. Dicen que puede funcionar perfectamente en un smartphone o tablet.
Se espera que esta tecnología pueda estar disponible en 2015, aunque nos extrañaría verla en productos generalistas.
Otras compañías están investigando una tecnología similar para transmitir sensaciones tales como frío y calor además de textura a través de tecnologías hápticas. Por lo tanto, podemos esperar que en el futuro podremos obtener mucha más información de nuestra pantalla táctil.
Fuente: V3
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