Como hemos mencionado en otras ocasiones, la electrónica de consumo es un sector en constante renovación. Las firmas deben estar adaptándose constantemente a las demandas de los usuarios. Ello les lleva a lanzar modelos con una gran periodicidad que, con sus luces y sombras, pueden marcar las líneas maestras que seguirán los soportes que salgan al mercado posteriormente. Eventos como el MWC celebrado en Barcelona la semana pasada, son el escaparate que las tecnológicas más importantes del mundo utilizan para presentar unos terminales con los que conquistar a los usuarios y con los que pretenden ir más allá y romper con todo lo establecido anteriormente.
Samsung es una de las firmas que más está dando que hablar en los últimos meses gracias al lanzamiento de varios modelos, con los que busca establecer los patrones que definirán a estos soportes a corto plazo. Las pantallas curvas y la realidad virtual que están cogiendo peso este año, siguen la estela de otros avances como los wearables, que ya vieron la luz en otros congresos de alcance mundial. Actualmente el Galaxy S7 Edge es la joya de la corona de la firma surcoreana, que quiere redefinir los límites entre tablets y smartphones pero, ¿Está realmente preparada para romper estos esquemas? A continuación analizamos la posible trayectoria que pretende establecer una de las mayores compañías del mundo y a qué riesgos se enfrenta con ello.
El camino de 2015
Durante el pasado año ya vimos algunos de los nuevos productos de esta firma entre los que destacan el Galaxy S6 Edge+ que tras su lanzamiento, fue catalogado por muchos como el mejor smartphone del mercado. Características como una carga completa en solo 2 horas, su pantalla de 5,7 pulgadas, una resolución elevada de 2560x144o píxeles y una RAM de 4 GB eran la seña de identidad de una phablet que sin embargo, contaba con un gran obstáculo para obtener un éxito rotundo: Su precio, por encima de los 800 euros fue un impedimento más para que la firma lograra mejorar sus resultados respecto a 2014, con un incremento de las ventas de solo un 1% según Mobipicker. Este modelo ya comenzó a vislumbrar algunas de las pautas que Samsung seguiría durante 2016: Presencia de las pantallas curvadas.
Galaxy S7 Edge, ¿Un giro positivo?
Si con el S6 Edge Plus, que vio la luz a finales de 2015, Samsung ya copó titulares, no ha sido menos con el nuevo miembro de la familia presentado en la ciudad condal hace unos días, el Galaxy S7 Edge, que empezará a comercializarse muy pronto y que cuenta con prestaciones como una panel de 5,5 pulgadas y la misma resolución que su antecesor, carcasa de aluminio, un procesador Exynos 8890 que puede alcanzar velocidades de 2,3 Ghz y una RAM de 4 GB. Una ventaja importante es el hecho de poder añadirle memorias externas, lo que amplia considerablemente la capacidad de almacenamiento. Por otro lado, también posee la pantalla curvada aunque con una sombra importante que continúa manteniendo junto al modelo anterior: Su coste, que se prevé que también alcance los 800 euros.
¿Oportunidad o fracaso?
La modificación de las pantallas es una de las claves de los nuevos terminales de Samsung, ya que actualmente, es la única firma que comercializa dispositivos con paneles curvos. Este avance puede ser algo arriesgado por varios factores: Por un lado, se trata de algo novedoso a lo que los usuarios no están acostumbrados y que ya criticaban como algo con poca utilidad en el Galaxy S6 Edge +. Al mismo tiempo, un terminal de mayor tamaño también puede cansar a los consumidores, que demandan dispositivos grandes pero hasta un límite. Finalmente, y no por ello menos importante, se une el factor económico. Un panel curvado, fruto de una labor de ingeniería más compleja que la responsable de crear pantallas planas, repercute directamente en el precio, elevándolo y haciéndolo como un elemento que puede obstaculizar el éxito de este dispositivo.
Vistos estos inconvenientes, ¿Que ventajas puede ofrecer esta nueva generación de phablets? La más importante, según sus desarrolladores, es la de ampliar la experiencia de uso del público, ofreciendo una mayor interacción con los elementos de la pantalla, la posibilidad de incluir más ítems en ella por el aumento de sus dimensiones y, la más destacada: La relacionada con la reproducción de los contenidos audiovisuales, la captación de imágenes y los juegos y que se refleja con características como por ejemplo, una mayor nitidez. ¿Pensáis que esto puede ser un nuevo paso para crear unos terminales más equilibrados entre las tablets y los smartphones?
¿Suficiente para sobrevivir?
Pese a que las líneas que ha dibujado Samsung pueden marcar el rumbo que el sector de las phablets seguirá en el corto plazo, hay un problema importante que puede hacer que las características que ofrece un nuevo terminal resulten insuficientes para garantizar su buena acogida entre los usuarios. Este hecho es la saturación del mercado y la sobreoferta de modelos, de la que las propias firmas tienen parte de responsabilidad y que junto al tiempo, puede ser uno de los factores que pueden determinar el éxito o el fracaso de un dispositivo.
Tras conocer cómo pretende encarar Samsung la coyuntura actual que atraviesa el sector de las tablets y smartphones, ¿Pensáis que dispone de herramientas suficientes para hacer frente a estas circunstancias o por el contrario, creéis que los avances con los que cuentan sus nuevos dispositivos, también son sus talones de Aquiles? Tenéis disponible más información relacionadas como comparativas de los últimos modelos de la firma surcoreana con otros que ya se comercializan para que podáis opinar vosotros mismos.