Durante esta pasada noche todas las aplicaciones tipo adblock que existían en Google Play han desaparecido de manera fulminante. Los de Mountain View han decidido hacer efectivo el punto 4.4 de sus condiciones para desarrolladores, donde se especifica que las aplicaciones no pueden interferir en los servicios de Google, de los operadores de telefonía o de terceros. Obviamente, se trata de una cuestión lógica. Si Google fundamenta su modelo de negocio en la publicidad lo normal es que proteja ese ámbito con uñas y dientes.
Entendemos que la novedad le supondrá un trastorno y puede molestar a aquellos usuarios que estén acostumbrados a utilizar este tipo de herramientas, y no es para menos. Sin embargo, también cabe pensar que quizá sea mejor soportar los anuncios a otras posibles alternativas. Si Google puede ofrecer servicios como Gmail, Maps, Drive, etc. es gracias a la publicidad. Del mismo modo su actual modelo de negocio es lo que permite a la compañía del buscador poner el mercado dispositivos como el Nexus 4, 7 y 10 a los precios actuales. No olvidemos que Google pierde dinero con la venta de hardware.
Como hemos comentado alguna vez, a esta compañía le interesa que proliferen las tablets y los smartphones porque eso asegura que habrá más gente navegando. Su portabilidad hace que los usuarios puedan acceder a la web desde casi cualquier ubicación física, y cuanto más tráfico registra la web, más gente mira los anuncios y más atractivo le resulta a las diferentes marcas hacerse visible en internet. Google se ha blindado bien en este sentido y gracias a los términos y condiciones de utilización de su tienda de aplicaciones, puede retirar de ella casi cualquier cosa que crea conveniente.
Fuente: Android Central.
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me parece una actuación lógica por su parte.