Como es habitual en ellos, determinan el grado de dificultad de reparar un aparato basándose en lo complejo que resulte desmontar todos sus componentes para que puedan ser sustituidos con un repuesto. Cuanto más fácil sea menos mano de obra nos costará y requerirá un técnico menos especializado.
Los problemas que presenta la tablet de Amazon son los siguientes:
La batería está pegada con un fuerte adhesivo y requiere que desmontemos la placa base entera para poder retirarla. Además, luego habrá que utilizar mucho calor para derretir el pegamento.
La placa base es muy difícil de cambiar. Para poder hacerlo tendremos que separar el chasis central de la pantalla para luego poder volver a acoplarla.
El panel de LCD está pegado al cristal que recubre la pantalla. Esto quiere decir que si se nos cae el dispositivo y se fragmenta la pantalla, tendremos que reemplazar los dos componentes y, por lo tanto, subirá el precio de la reparación.
Aunque no es tan problemático, la carcasa trasera se desmonta desatornillando unos tornillos y desensamblando algunos enganches. Es una operación un tanto incómoda, aunque por lo menos no encontramos los ríos de pegamento que han utilizado en la batería.
El único punto positivo es que algunos componentes modulares pueden sustituirse de forma individual.
La otra parte positiva es que no estamos ante un equipo caro. Es decir, que de romperse y que no salga rentable repararlo, no perderemos tanto dinero.
Fuente: iFixit
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