Systrom descarta completamente que una foto nuestra pueda acabar en un anuncio publicitario sin nuestro consentimiento. Explica que para ser rentables como negocio necesitan ganar dinero con sus elementos potenciales. De esta forma, lo que sí que pueden vender a marcas que están o que estarán en Instagram es nuestros metadatos, nuestras preferencias y nuestras acciones. Por ejemplo, las marcas que seguimos podrán ver qué amigos nuestros también les siguen. La idea es poder ofrecer recomendaciones de perfiles a seguir basados en esos datos, es decir, publicidad personalizada a nuestros gustos y poco intrusiva.
Lo que quieren evitar de todas las maneras posibles es tener que introducir anuncio en la interfaz de la aplicación y así conservar la excelente experiencia de usuario.
Para poner el colofón, ha hecho énfasis en que desde cualquier interpretación tus fotos son tuyas.
El texto va a ser modificado en breve y es posible que se cambie la fecha en la que entre en vigencia para poder darse tiempo a ver la reacción de los usuarios.
Fuente: CNET
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