Qualcomm, MediaTek, Samsung, Nvidia, Apple. Todas ellas habían logrado posicionarse por encima de Intel en el mercado de los dispositivos móviles, y la compañía estaba dispuesta a arriesgar lo que hiciera falta por volver a colarse en esta lista. Durante algunos tramos del año, parecía que llevaban buen camino, las cifras decían que habían ganado cuota de mercado, y muchos nuevos modelos de tablets contaban con un Bay Trail, Core M u otro, como motor.
A pesar de atraer a compañías de peso como Asus, Acer, Lenovo, HP y Toshiba, así como múltiples marcas de segunda fila, ya a finales de julio, el objetivo se había convertido en un imposible. No llegarían a los 40 millones que se habían metido entre ceja y ceja. Además, el coste de esta estratégia, por la que llegaban a pagar a los fabricantes, ha sido demasiado alto. Estiman que cuando concluya el año, las pérdidas ascenderán a unos 3.000 millones de euros, que sumadas al año anterior alcanzan los 5.500 millones de euros (7.000 millones de dólares). Como podréis imaginar, una situación insostenible de cara al 2015.
Según Stacy Rasgon, de Bernstein Research, Intel pagaba por cada tableta unos 40 euros, echad cuentas. Imposible seguir adelante, como confirma el analista Morgan Stanley Moore que plantea dos posibles escenarios que pusieran bien a esta sangría: la entrada de ingresos de forma masiva o un recorte importante en los gastos de producción. Ambos parecen inalcanzables.
Por lo tanto, se acabaron las tablets baratas con procesadores Intel que este año han levantado en parte la calidad de la gama media-baja. Lo normal es que en 2015 haya menos representantes y con precios menos atractivos. Intel confiaba en ganarse el favor de los fabricantes con esta estrategia para seguir colaborando con ellos en el futuro, veremos si ha sido suficiente o no.
Fuente: AppleInsider
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