En todo el maremagnum de informaciones sobre los próximos iPad Pro, hay un detalle que había pasado inadvertido y que el diseñador Dan Provost acaba de poner de manifiesto en un artículo publicado en su blog personal. El tamaño de 10.5 pulgadas coincide con la suma de dos pantallas del iPad mini, tal y como ocurre con los modelos 9.7 y 12.9. Así pues, podemos concluir que finalmente ese será el tamaño que luzca el próximo tablet de Apple.
Desde luego que la manzana no deja absolutamente nada al azar y la matemática es prioritaria en todo diseño, cuestión que a veces se vuelve tanto reprochable. Por ejemplo, el Touch ID en la zona frontal ha hecho que el tamaño de los marcos del iPhone sea disparatado si lo comparamos con la gama alta de Android, al tiempo que el ratio de pantalla se mostraba muy inferior a lo mostrado por Samsung, LG, Huawei, etc. El motivo: la simetría. El bisel inferior no puede ser mayor en longitud al superior, ergo el superior debe seguir siendo grande como para acoger un botón redondo.
Todo cuadra con el historial de Apple
Provost nos recuerda que cuando se presentó el primer iPad Pro 12.9, Phil Schiller comentó que se había apostado por ese tamaño porque el horizontal coincidía con la vertical del modelo de 9,7 pulgadas. De este modo, se ofrecía a los usuarios un espacio de trabajo similar a si juntáramos dos iPad Air 2. La regla es perfectamente clara, y si ahora hacemos lo propio con el modelo mini, coincide con lo expuesto por el especialista Ming-Chi Kuo.
El resultado sería un panel frontal de 10.5 pulgadas (10.47 para ser exactos), con una resolución de 2732×2048 píxeles, idéntica a la del iPad Pro 12.9. En la imagen de la cabecera se ve cómo queda esa superficie superponiendo una hoja de papel sobre las dimensiones totales de la actual tablet de 9.7 pulgadas. Así coinciden las medidas y la pretensión por parte de la manzana de achicar los marcos.
Un iPad Pro para 2017 muy discutido
Una vez que este misterio parece algo encauzado, casi todo lo demás continúa manteniendo cierto halo de misterio y está dando para bastantes habladurías. Sólo hay que pensar en lo extraño que es el hecho de que no se hayan filtrado todavía imágenes del producto, cuando estamos a tan sólo 2 o 3 meses de su lanzamiento y teniendo en cuenta que la manzana nunca ha sabido contener ese tipo de fugas de información (o incluso que ha podido alimentarlas antes).
El tema del diseño y la posibilidad de que el aparato cambie la forma en la que se presenta su Touch ID es uno de los terrenos más ambiguos hasta hoy. La inclusión de alguna novedad en este sentido sería una auténtica bomba.