Un de las demandas más frecuentes de los usuarios dentro del sector móvil tiene que ver con la mejora de la autonomía que les proporcionan sus dispositivos. Normalmente los fabricantes consideran un logro mantener la duración de la batería de una generación a otra, mientras se va avanzando en los demás apartados (procesador, pantalla, grosor, etc.), sin embargo, una reciente investigación de la Universidad de Stanford podría mejorar el rendimiento de las piezas de ion de litio hasta conseguir unos resultados dos o tres veces mejores que los actuales.
La mayor parte de esfuerzos para mejorar la autonomía de los móviles y tablets provienen de los fabricantes de chipsets. La inclusión de procesadores como el M7 de Apple o las distribuciones big.LITTLE (los Exynos 5 octa, por ejemplo) son desarrollos pensados para mejorar la eficiencia energética, detectando de forma inteligente aquellas tareas poco urgentes y realizándolas a menos “revoluciones” y en un plano secundario. Mientras este campo se desarrolla, las baterías de ion de litio llevan cerca de cinco años manteniendo una misma tecnología base.
Nuevas celdas recubiertas de carbono nanoscópico
No vamos a entrar en demasiados detalles técnicos, puesto que muchos aspectos se nos escapan, sin embargo, la investigación de la Universidad de Standford parece haber concluido que utilizando un nuevo material basado en el carbono a la hora de construir las celdas, se pueden maximizar la eficiencia del litio, de forma que la energía se consume más lentamente, sin afectar a la seguridad ni la estabilidad de los equipos.
De momento, estamos ante un hallazgo meramente científico, por lo que falta bastante trabajo de ingeniería hasta que los resultados del estudio puedan aplicarse en un tecnología corriente. Aún así, estamos seguros de que no va a faltar financiación para explorar un área con un demanda potencial tan elevada.
Las mejoras aportadas por el ion de litio
Aunque parezca que los móviles actuales cuentan con una batería muy limitada si los comparamos con los de la era pre-smartphone (las cargas duraban casi una semana), debemos tener en cuenta que el consumo energético producido la pantallas y el rendimiento de los dispositivos actuales es infinitamente mayor.
La tecnología del ion de litio, además, ha borrado el efecto memoria de nuestra práctica cotidiana, lo que nos ofrece una mayor flexibilidad a la hora de recargar los terminales y posibilita que la vida útil de las baterías no se desplome con el uso, sino que su declive sea mucho más progresivo.
Fuente: engadget.com