Si pudiéramos definir el sector de las phablets con un término, este sería «Variedad». No solo en cuanto a los modelos disponibles actualmente y procedentes de decenas de fabricantes sino también en lo relacionado a sus características y sobre todo, su precio. Como hemos visto anteriormente, podemos encontrar terminales low cost que no llegan a los 100 euros hasta terminales que superan los 800 y que pueden llegar a resultar prohibitivos.
Sin embargo, el éxito de un terminal no pasa por ofrecer unas buenas especificaciones por sí solo o resultar asequible y atractivo para los usuarios, ya que la combinación perfecta reside en una unión entre prestaciones y coste que resulte interesante para los usuarios y sobre todo, que pueda adaptarse de la mejor manera posible a sus necesidades. Esta variedad de la que hablamos antes puede llegar a resultar muy confusa para muchos usuarios y provocar una indecisión que en ocasiones, da lugar a que adquieran dispositivos del los que no pueden sacar todo su potencial. Para solucionar este problema, a continuación os ofrecemos una serie de pautas que os ayudarán a elegir el modelo que mejor se adapte a vosotros tanto desde el punto de vista económico como en el de la finalidad para la que lo utilicéis.
1. Saber para qué usaremos el terminal
Antes de lanzarnos a la compra de un nuevo dispositivo, debemos aclarar qué uso le daremos. Actualmente encontramos terminales dirigidos a un público más profesional y otros con elementos concretos como la imagen como protagonistas aunque también es cierto que todos los existentes permiten la navegación, independientemente de su velocidad, así como un uso social gracias a la presencia de redes y herramientas que facilitan la interacción con usuarios de nuestro entorno y del exterior. Por tanto, debemos tener la seguridad de los usos que le daremos a nuestra nueva phablet ya que esto también puede repercutir en su coste final.
2. Propiedades equilibradas
Este aspecto es el que puede ocasionar más problemas a la hora de comprar un nuevo terminal. Debemos partir de una base: En muchos casos, cuantas mejores prestaciones, mayor precio y, relacionado con el apartado anterior, es imprescindible que contengan unas características mínimas y que estas sean con una calidad aceptable. Por ejemplo, si utilizaremos nuestros dispositivos para navegación y redes sociales no tiene demasiado sentido adquirir un terminal con una memoria desorbitada o unas cámaras excelentes pero que realmente no nos resultan útiles. Si somos indecisos, una buena opción es realizar una lista de modelos en los que estamos interesados y ver a fondo sus características y si realmente se corresponden con su posible precio.
3. Prestaciones mínimas
En muchos casos, lo barato puede salir caro y podemos adquirir dispositivos low cost con la idea de que pueden ser buenas opciones y con el paso del tiempo, ocasionar problemas. Sin embargo, esto es un hecho que también se extiende a los modelos más caros. Actualmente, las especificaciones mínimas que elevan la calidad de las phablets y que se encuentran en la mayor parte de modelos son elementos como un panel que oscile entre las 5,5 y las 6 pulgadas, que este cuente con Corning Gorilla Glass, una resolución aceptable y que actualmente, ya existe en Alta Definición, y conectividad tanto a redes WiFi como conexiones 3G como mínimo. Otros aspectos a tener en cuenta son unas cámaras traseras y frontales de más de 5 y 2 Mpx respectivamente, una RAM como mínimo de 1 GB y un almacenamiento básico de 8 o 16 GB así como baterías de más de 2.500 mAh.
4. Cuidado con las marcas y los operadores
En algunas ocasiones, a la hora de tener nuevos dispositivos no nos fijamos lo suficiente en sus prestaciones que por lo general son buenas, sino en la marca ya que ahí encontramos un factor psicológico con el que pensamos que al adquirir un producto de esa firma, gozamos de cierta exclusividad o diferenciación del resto. Por otro lado, también es aconsejable adquirir terminales libres ya que actualmente existe una gran variedad de modelos asequibles y con grandes prestaciones que no nos mantienen atados a ninguna operadora ni nos obligan a mantener contratos y tarifas que pueden llegar a los dos años de permanencia y que, si sumamos, pueden resultar más caras que si compramos el dispositivo por nuestra cuenta.
¿En resumen?
Tras conocer algunas recomendaciones para cambiar de phablet, hemos visto que lo fundamental para obtener una buena relación entre calidad y precio pasa por sumar varios factores. Para ello, debemos tener claro el uso que daremos a los dispositivos y que éstos posean unas características mínimas pero sin caer en extremos que repercutan en su coste y también, en la experiencia de uso. Por otro lado, hemos visto que en algunas ocasiones, las operadoras disponen de contratos con letra pequeña que pueden repercutir negativamente en los consumidores y cómo la marca, sigue siendo un elemento decisivo a la hora de elegir. Una vez os hemos contado todos estos consejos, tenéis disponibles otras pautas útiles en materia de imagen o rendimiento que os ayudarán por un lado a elegir el terminal que mejor se adapte a vosotros y por otro, a sacarle el máximo partido.