El rendimiento de todos los dispositivos se ve afectado por el paso del tiempo, y aunque las tablets y convertibles con Windows 10 son de un nivel cada vez mayor (muchas de ellas tienen poco que envidiarle a los portátiles), incluso con ellas nos podemos encontrar con que nos van yendo más lentos, empeorando mucho la experiencia de uso. Hacemos repaso de unas cuantas recomendaciones básicas para evitarlo.
Contenido
- 1 Deshabilitar el arranque automático de apps
- 2 Desinstalar apps que no utilizamos
- 3 Elegir las apps que instalamos con cuidado
- 4 Comprobar que no tenemos malware
- 5 Mantener todo actualizado
- 6 Liberar espacio de almacenamiento
- 7 Desactivar las animaciones
- 8 Cambiar el plan de energía
- 9 Modificar el tamaño del archivo de paginación
- 10 Restaurar Windows 10
Deshabilitar el arranque automático de apps
Cuando arrancamos nuestra tablet o pc, automáticamente lo hacen también muchos de los programas que hemos podido instalar, y seguramente habrá unos cuantos de los que se configuran automáticamente así que no usamos habitualmente y no tenemos necesidad de que lo hagan. Para modificarlo simplemente tenemos que ir a la pestaña de inicio en el administrador de tareas y deshabilitarlas.
Desinstalar apps que no utilizamos
Y hablando de apps que no se utilizan, un consejo que vale para cualquier tipo de dispositivo y sistema operativo: es preferible siempre que podamos deshacernos de las que no utilizamos, tanto las que vienen preinstaladas como las que vamos probando y descartando. Lo podemos hacer de forma sencilla desde el panel de control. Si alguna se nos resiste, podemos recurrir a alguna de estas apps gratuitas para desinstalar apps de Windows 10.
Elegir las apps que instalamos con cuidado
Una última recomendación referente a las apps que instalamos, que es una cuestión de sentido común, pero que no se puede dejar de mencionar: hay que ser consciente siempre de lo que podemos pedirle o no a nuestra tablet Windows y aceptar que algunas apps sencillamente van a ser demasiado pesadas y exigir demasiados recursos. Si nos estamos encontrando problemas de rendimiento conviene tomarse algo de tiempo para buscar alternativas más ligeras.
Comprobar que no tenemos malware
Otra de las razones por la que podemos notar en un empeoramiento en el rendimiento de nuestros dispositivos Windows es el malware, de modo que no está de más escanearlo a través del centro de seguridad de Windows Defender, en caso de que no usemos algún otro antivirus o programa de seguridad.
Mantener todo actualizado
Aunque las actualizaciones de Windows 10 sean automáticas, no está de más comprobar que tenemos nuestro dispositivo al día, pero también en lo que respecta a drivers e incluso a las propias apps que tengamos instaladas que también pueden hacer que nuestro dispositivo vaya más lento.
Liberar espacio de almacenamiento
Otra recomendación básica siempre que nos encontramos con un PC o una tablet que empieza a ir lento es asegurarse de que no estamos demasiado cerca del límite de capacidad de almacenamiento de nuestro dispositivo a través del explorador de archivos y, si es así, hacer un poco de limpieza, no ya sólo de apps, sino de cualquier otro tipo de archivo. Recordar que tenemos una opción dedicada a hacer esta tarea más fácil, pero si aún tenéis problemas hay muchos trucos para liberar espacio en Windows 10 a los que podemos recurrir.
Desactivar las animaciones
Otro ajuste muy sencillo que podemos hacer para mejorar el rendimiento de nuestra tablet o PC, y que a veces pasamos por alto es simplemente desactivar las animaciones que hacen las transiciones más fluidas, algo que podemos hacer a través del panel de control en el apartado de accesibilidad. Podemos incluso desactivar sólo algunas, aunque nos va a llevar algo más de trabajo.
Cambiar el plan de energía
En una tablet no vamos a poder acceder al menú que nos permite elegir entre los tres planes de energía predefinidos de Windows 10 (están presentes y es posible acceder a ellos pero el procedimiento es algo complicado), pero tenemos algo similar en la barra que aparece cuando pinchamos sobre el icono de la batería y no está de más asegurarse que la tenemos en “mejor rendimiento”.
Modificar el tamaño del archivo de paginación
Otro truco, no ya tan básico, del que podemos echar mano es aumentar la memoria virtual que utiliza, algo que podemos hacer desactivando el ajuste automático del archivo de paginación. No es una opción que esté precisamente visible, sino que hay que navegar por unos cuantos menús: en el panel de control vamos a “seguridad y sistema”, de ahí a “sistema”, y pulsamos sobre “configuración avanzada”, de ahí vamos a “opciones avanzadas”, seguimos con “rendimiento” y “configuración”; llegamos al fin al menú de “memoria virtual” y hacemos click en “cambiar”.
Restaurar Windows 10
El ralentizamiento puede estar debiéndose a algún error más complejo del sistema, y en algunos casos puede ser necesario proceder a una restauración. En ocasiones, puede ser suficiente con recurrir a crear un punto de restauración, pero en algunos casos no nos quede más remedio ya que restablecer los valores de fábrica de Windows 10.