Los tablets están pensados desde su misma concepción para ser usados individualmente, siguiendo más el modelo de los móviles que el de los PCs, que más habitualmente son compartidos por los miembros de una familia. No obstante, dado el precio de las tabletas de más calidad, es posible que en más de un caso sea una opción interesante el poder hacer uso común de ella. ¿Qué hay que tener en cuenta en este caso?
Lo primero es la elección del software. De momento ni Android ni iOS disponen de opciones multiusuarios en funcionamiento, pero recientemente supimos que era una opción que se podía desarrollar en el sistema operativo de Google, y probablemente la veamos disponible en próximas versiones, sin que haya noticias similares para el sistema operativo de Apple. Esperar a las nuevas tabletas con Windows RT puede ser una buena decisión, puesto que se espera que Microsoft desarrolle más esta concepción de la tableta más próxima a la del PC familiar.
Lo segundo es la memoria del dispositivo. Hay que tener en cuenta que la memoria de los tablets es muchísimo más limitada que la de los ordenadores de mesa y portátiles. Incluso para un sólo usuario el espacio de almacenamiento puede ser problemático, no tanto por los archivos personales, para los que hay servicios en la nube, como para el consumo de disco duro que hacen las aplicaciones. Varias personas usando una misma tableta puede multiplicar el número de aplicaciones instaladas y crear verdaderos problemas de memoria. Sería importante, por tanto, que la tableta tuviera una buena capacidad de almacenamiento.
El tercer punto es la seguridad. Los problemas de seguridad se maximizan al compartir la tableta entre varias personas. No se trata tanto de la confidencialidad de cada cuenta, que se especula, que podría resolverse mediante un eficaz sistema de Face Unlock (reconocimiento facial), como del hecho de que la seguridad del dispositivo pasaría a depender de que todos sus usuarios se atuvieran a los protocolos recomendados. Los incidentes de seguridad de cada uno de los usuarios podría perjudicar al resto, al comprometer el dispositivo. Una observación trivial pero imprescindible, por último, es que una tableta puesta en movimiento por varias personas a lo largo del día puede llegar a moverse realmente mucho, así que servicios de seguridad del tipo “find my iphone” (o en este caso, “find my ipad”), son imprescindibles.
La cuarta y última cuestión remite a los costes. Es evidente que si compartir una tableta es algo deseado, es precisamente por la posibilidad de ahorrarse el dinero que supondría comprar un dispositivo para cada persona. Es preciso, sin embargo, tener en cuenta que, si llegara a oficializarse el servicio multiusuario, no sabemos de qué manera funcionaría el abono de las descargas de aplicaciones y contenidos de pago, y cabe la posibilidad de que se restringieran a cada cuenta.