Casi por sorpresa, cuando todo el mundo esperaba la presentación de una Surface mini, Microsoft acabó anunciando la tercera generación de tablets de su línea Pro. Tenemos el presentimiento de que la mano del por entonces recién estrenado CEO de la compañía, Satya Nadella, tuvo que ver y mucho con el curso de los acontecimientos. Hoy día, la Surface Pro 3 es el equipo insignia de los de Redmond, mientras que la perspectiva de una tableta compacta se diluye.
Lo expuesto el día de su presentación nos va a dar las claves esenciales a la hora de realizar una primera aproximación al dispositivo. A pesar de que su hardware es el de un PC, la Surface Pro 3 busca borrar de un plumazo la posible confusión que puede albergar un usuario a la hora de enfrentarse a la adquisición de un equipo informático, ante la necesidad (obligación) de elegir entre un ordenador y una tableta.
El último lanzamiento de la factoría Redmond pretende ser las dos cosas. Adoptando una postura un poco escéptica, podríamos sencillamente temer que no alcance a ser ni lo uno ni lo otro y en cierta medida así es, sin embargo, ¿suplen su prestaciones esa indefinición en donde se mueve? Creemos que sí, aunque su manera. Desde luego, la vertiente PC es mucho más completa, mientras que como tablet sufre las carencias derivadas de un corto catálogo de aplicaciones.
Hay usuarios a los que algo así no les importará lo más mínimo, no obstante, los adictos a las apps se encontrarán con algún que otro contratiempo que jamás sufrirían en un iPad o en una tablet Android. La cuestión mejora con el tiempo, pero para que Microsoft acabe de dar el salto a la era post-PC de forma convincente necesita seducir a los desarrolladores y comenzar a vender sus tablets no sólo por lo que valen como ordenadores. Estamos seguros de que si lo consiguen, nadie podrá pararles.
Diseño
Podemos decir sin ningún tipo de reparo que Microsoft construye las tablets con la mayor calidad del mercado, a nuestro parecer, incluso por encima del iPad. Cierto es que la Surface Pro 3 es un dispositivo pesado y no demasiado compacto. También que a veces tiende a sobrecalentarse (algo en el que los responsables del software de la compañía ya trabajan), pero es lo menos que cabría esperar. Estamos hablando de una tableta con el hardware de un ordenador, capaz de realizar tareas de escritorio sin inmutarse.
Encerrar tantísima potencia en las dimensiones de la Surface Pro 3 es casi una obra de arte de la ingeniería.
Además, en el diseño del equipo se percibe imaginación, talento y muchas muchas horas de trabajo para entender los posibles hábitos, posturas corporales y gestos que un usuario puede llevar a cabo con un aparato de este tipo. Diríamos que esta Surface se adapta casi en cualquier circunstancia.
La pestaña en la parte trasera, con un eje de rotación de casi 180 grados, nos va evitar el tener que utilizar soportes o fundas tipo smart-case que sólo nos proporcionan unas pocas posiciones, a veces con cierto nivel de enredo. Su teclado es una herramienta productiva de gran potencial, y no sólo eso, también facilita enormemente la navegación a través de los menús de Windows. Deslizar el dedo por la pantalla o por la cubierta de magnesio provoca unas sensaciones realmente agradables.
En fin, en este sentido, sin duda, el equipo merece un 10.
Dimensiones
Las medidas de las tablet son de 29,2 cm x 20,1 cm x 9,1 mm y su peso se queda en los 800 gramos.
Si comparamos estas cifras con la anterior generación (27,5 cm x 17,3 cm x 13,5 mm x 900 gramos), vemos cómo las medidas han crecido relativamente poco, sobre todo si tenemos en cuenta que la Pro 3 posee una pantalla mayor, de 12 pulgadas, con un formato más cuadrado (3:2). El espacio de los márgenes alrededor de la display ha descendido notablemente, al igual que grosor del equipo y su peso.
Obviamente, no es una tablet que pueda competir con el iPad Air (7,5 mm x 469 gramos) o con la Xperia Z2 Tablet (6,4 mm x 426 gramos) en estas lides, pero también ofrece un propuesta radicalmente diferente a la de ambas.
Puertos y elementos externos
Vamos a partir de que su posición “normal” es el modo apaisado (aunque esto es algo muy discutible, ya que el botón home podría indicar lo contrario), sencillamente para poder ubicarnos mejor.
Así, en el frontal nos queda el propio botón capacitivo de inicio en la parte derecha, la cámara frontal en la zona superior del bisel y dos altavoces semi-escondidos.
En el perfil derecho encontramos el puerto de carga (propietario), un puerto USB 3.0 y un mini DisplayPort.
En el perfil superior tenemos el botón físico para encender y apagar la Surface.
En el perfil izquierdo vemos un puerto jack para auriculares y los botones físicos del volumen.
En el perfil inferior se ubica la conexión para el teclado.
La parte de atrás deja espacio a una «rendija» a lo largo de todo el perfil superior y de la mitad de los laterales. Suponemos que esta forma facilita la ventilación de los componentes internos.
En la cubierta trasera encontramos la cámara principal y la palabra Surface escrita en un tono metálico algo más oscuro que el resto. Al levantar la pestaña descubrimos el código del modelo y la ranura para tarjetas micro SD.
Pantalla y multimedia
La pantalla es otro terreno en el que se ha ganado enormemente con respecto a la generación anterior. De una resolución 1080p en 10,6’’, pasamos a contar con 2160 x 1440 píxeles en 12 pulgadas, dando lugar a una densidad de 216 ppp.
Si bien su densidad está algo por debajo de las Android más avanzadas, la tecnología ClearType que Microsoft ha incorporado en esta la Pro 3, compensa, sobre todo, en el apartado donde más se puede notar la diferencia con las Quad HD: el de la lectura, aumentando el contraste entre blancos y negros.
Un de las virtudes del panel en la Surface Pro 3, quizá la principal, la encontramos en la fiel reproducción de los colores; aunque también destaca en aspectos como el brillo, los ángulos de visualización, etc.
La relación de aspecto 3:2 que ofrece el equipo es una solución intermedia entre el iPad (4:3) y las Android (16:10), muy interesante porque sirve tanto a la lectura y la navegación como a la reproducción de vídeo, mostrando un rendimiento confortable en las dos facetas.
Al igual que ocurría en las generaciones anteriores de Surface, esta tercera edición cuenta el apartado del sonido con la tecnología estéreo de Dolby, capaz de proporcionar un audio impecable, potente y rico en matices. Aún así, es uno de los apartados que se mantiene más o menos igual que en sus predecesoras. Nosotros no somos capaces de encontrar una mejoría, si bien los modelos previos ya eran excepcionales.
Sistema operativo e Interfaz
La Surface Pro 3 trae instalado de fábrica la versión de Windows 8.1 Update 1. El aspecto en general es muy similar al del primer Windows 8, qué duda cabe. Sin embargo, Microsoft ha ido puliendo el sistema y añadiendo pequeñas mejoras en diferentes partes de la interfaz que cambian un mundo la experiencia. Por ejemplo, en este equipo al fin podemos decir que el escritorio tradicional y el moderno tienen una comunicación natural y orgánica, el tránsito de uno a otro ya no es en absoluto problemático, sino que se despliega con naturalidad.
Por ejemplo, si al utilizar un ratón lo llevamos a la parte de abajo de la interfaz Metro aparece en esa zona la barra de tareas clásica Windows, y a partir de ella podemos ir a una u otra aplicación o cerrarlas. En la primera versión de Windows 8 era prácticamente imposible hacer según qué cosas con un ratón.
A su vez, en el menú de la multitarea contemplamos el regreso del botón inicio como uno de los ejes fundamentales de la navegación en Windows. Su función no deja de ser idéntica a la del botón capacitivo ubicado en el marco de la tablet, pero si estamos trabajando con un pen o con ratón su presencia en la pantalla va proporcionarnos una transición más fluida.
Otro de los puntos fuertes de la Surface Pro 3 es el stylus al que acabamos de hacer alusión. Se trata de un periférico capaz de desarrollar una serie de funciones (especialmente interesantes junto a OneNote) que, a estas alturas, poco tienen que envidiar a las posibilidades de una Galaxy Note. El único problema que le vemos es que lleva una pila dentro. Esto, por un lado, es algo positivo, puesto que podemos iniciar ciertas acciones (por ejemplo, tomar una captura de pantalla) desde el propio accesorio pero, por otro lado, necesitaremos reemplazar la batería cada cierto tiempo.
El fallo es el de casi siempre; la tienda de aplicaciones de Windows no dispone de un amplio catálogo como el de la App Store o el de Google Play. Si no somos demasiado quisquillosos, en una buena cantidad de ocasiones podremos manejarnos con aplicaciones cliente, que no es lo idóneo pero a veces incluso mejoran como herramienta a las apps nativas. El gran problema, tal vez, llega a la hora de instalar juegos, pero claro, en una Surface Pro 3 podemos echar mano directamente del repertorio de títulos para PC, lo que tampoco es algo desdeñable.
Rendimiento
¿Qué podemos decir en este apartado? No hay tableta de Android o generación del iPad en condiciones de acercarse mínimamente a la capacidad de proceso o gráfica de la que dispone una Surface Pro 3. Simplemente, nos limitamos a confirmaros quel las sensaciones son excelentes y a informaros de que hay tres configuraciones posibles, en cuestión de procesador: Intel Core i3, i5 o i7. Mientras que en cuanto a memoria RAM, podemos elegir entre 4GB u 8GB.
Capacidad de almacenamiento
Microsoft ofrece hasta cuatro variantes de la Surface Pro 3: 64GB, 128GB, 256GB y 512GB.
Hay que tener en cuenta que el sistema se come una parte importante de la capacidad de almacenamiento. La unidad de prueba con la que nosotros hemos trabajado era de 128GB, y esta captura da cuenta de cómo queda distribuido ese espacio finalmente:
La parte negativa es que, a diferencia de lo que ocurría con la Surface Pro 2, Microsoft no va a regalar por el momento almacenamiento virtual en OneDrive con la Pro 3.
Conectividad
Esta tabletta no tiene soporte para 3G o 4G y se conecta a internet únicamente vía WiFi.
Además cuenta con Bluetooth 4.0, acelerómetro, giroscopio, magnetómetro, sensor de luz ambiental, brújula digital y mini DisplayPort.
Autonomía
La primera generación de la Surface Pro acusaba un elevado consumo de energía, no obstante, esta tercera generación, a pesar de mantener la base tecnológica del un ordenador, ha conseguido que los tiempos de autonomía sean parecidos a los de una tablet convencional, es decir, según estimaciones de Microsoft el dispositivo puede navegar por internet durante nueve horas sin necesidad de recargarse.
Damos fe de este dato del fabricante es bastante certero, a pesar que Windows no ofrezca una información tan detallada sobre el consumo de sus equipos como Android.
Cámara
No es uno de los elementos más potentes de la Surface Pro 3. La cámara trasera tiene sólo 5 megapíxeles y puede servir para una urgencia, pero no cuenta con flash y la aplicación nativa sólo tiene un temporizador y un ajuste para la exposición. Las tres primeras fotografías de la siguiente serie están sacadas con la exposición al máximo, al mínimo y un punto intermedio. En el resto, la cámara trabaja de forma automática.
En cuanto al vídeo, poco más de lo mismo. La imagen no es muy estable y a la lente le cuesta procesar el exceso de luz.
La cámara delantera también tiene 5 mpx, y nos ofrecerá la posibilidad utilizar Skype o hacernos alguna auto-foto a un buen nivel.
Precio y conclusiones
El del precio es tal vez el apartado que menos nos entusiasma, pero lo cierto es que una máquina de este calibre no puede ser barata. El modelo más económico (Intel i3 y 64GB, con 4GB de RAM) cuesta 800 euros, aunque si queremos tirar la casa por la ventana, la variante con Intel i7, 512 GB de almacenamiento y 8GB de RAM nos saldrá por 1.949 euros.
En su defensa, Microsoft alega que adquiriendo una Surface 3 Pro ahorras comprar una tablet, por un lado, y un PC, por otro. Este argumento tiene sentido y muchos lo encontrarán completamente válido. Sin embargo, en honor a la verdad, debemos mencionar que si lo queremos es sobre todo una tablet, con las aplicaciones de una tablet, con las dimensiones de una tablet, y para nada vamos a querer instalar algo más propio de un ordenador que de una tablet, hay opciones mejores.
De cualquier forma, si nos atenemos a la Surface Pro 3 dentro del marco de una propuesta diferente, donde el fundamento es la hibridación, no nos queda otra que valorar el producto con un 10. Desde el diseño, los acabados, el sistema operativo, la pantalla, el audio, hasta la autonomía o el rendimiento, este equipo es de sobresaliente.