El nuevo tablet de Google no parece simplemente una nueva tableta, sino un nuevo tipo de tableta. No es solo por su tamaño, es también por en el planteamiento que hay detrás de algunas características de su software que Nexus 7 da un giro en cuanto a lo que conocimos y dimos por hecho en dispositivos Android anteriores.
En algo tan sencillo como la ubicación de las barras de control y de estatus ya apreciamos sutiles cambios que marcan la diferencia: su posición tanto en modo ‘retrato’ como en modo ‘paisaje’ es siempre la misma, abajo tenemos el control, arriba el estatus; lo que consigue que a la altura de los pulgares solamente queden los botones de manejo básico y no una barra de tareas como la de cualquier sistema operativo de escritorio. Es más, las dimensiones en las que los usuarios se manejan al jugar en Nexus 7 no resultan muy diferentes a las de el mando de cualquier videoconsola.
Se trata de una solución muy inteligente que mezcla rasgos de los controles habituales de móviles y tabletas, sabiendo exprimir las ventajas que le da al aparato su propio tamaño. Si las tabletas tienen, como decimos, una completa pero aparatosa barra de tareas en la parte inferior y los móviles tienen dos (arriba estatus y abajo controles) que cambian con la rotación; Nexus hibrida ambos sistemas para proporcionar a sus usuarios experiencias de juego mucho más cómodas, sin los inconvenientes derivados de la posibilidad de tocar botones indeseados en el fragor de la partida, ni de perder de vista los controles esenciales cuando es necesario utilizarlos, teniéndolos siempre a mano.
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