Ha sido presentado el primer teléfono de Jolla con el sistema operativo Sailfish OS. Hasta ahora se pensaba que se llamaría The Movement pero ha quedado bautizado con el mismo nombre que la compañía, Jolla. El proyecto surgió de las cenizas de Meego, aquel sistema operativo que Nokia en trabajo colaborativo con Intel que fracaso estrepitosamente hace unos años.
En noviembre un grupo de antiguos trabajadores de la compañía finlandesa hizo público el trabajo de refundación que habían realizado y presentó su proyecto al mundo. Ahora cumplen uno de sus primeros objetivos.
El teléfono tiene especificaciones técnicas de gama alta, un diseño interesante y alta capacidad de personalización. Su tamaño es estándar, en las 4,5 pulgadas y contará con conectividad LTE para cumplir con los más altas expectativas.
Sailfish OS es uno de esos cinco sistemas operativos emergentes que competirán en dispositivos móviles con los gigantes iOS, Android y Windows. Muchos de ellos tienen algo en común con el de Google y es que utilizan Linux y la filosofía de código abierto como base y éste no es excepción. Firefox OS ya ha hecho debut con sus primero dispositivos ya presentados y a la venta. Tizen está a la vuelta de la esquina con un dispositivo creado por la propia Samsung. Ubuntu Touch ya es compatible con ciertos smartphones y con bastantes tablets del mercado.
Ahora es el turno de los finlandeses que saltan a esta complicada arena con una sorpresa bajo el brazo y es que tendrá compatibilidad con algunas aplicaciones para Android. Todavía no se ha especificado cuáles ni en qué términos, pero deja claro una cosa y es que cualquier alternativa creíble en sistemas operativos para móviles debe facilitar el trabajo a los desarrolladores, que ya han hecho un esfuerzo para convencerse por Android y difícilmente aceptarán más trabajo extra sin rendimientos económicos tangibles.
Si a Jolla y Sailfish les fuera bien, tienen como objetivo llegar también a tablets y a otros dispositivos inteligente como televisiones. De momento, ha dado el primer paso y sólo el tiempo y los consumidores, empezando por los finlandeses, dirán.
Fuente: Xataka